Esta mañana hemos tenido una muy grata experiencia compartiendo unos minutos con 8 chicos que han decidido recientemente dedicar parte de su tiempo al voluntariado en nuestra asociación. Una primera impresión es que estamos frente a personas formadas, receptivas, críticas, sensibles, con una lectura muy realista del momento que vive nuestra sociedad. Junto a las ganas que evidenciamos en ellos, hay también muchas expectativas a las que debemos saber responder.
Una pregunta que debemos formularnos es cómo una asociación como la nuestra puede por un lado potenciar esta inquietud de servicio y por otro lado “beneficiarse” con el aporte personal y profesional de estas nuevas incorporaciones.
Seguramente las opiniones podrán ser muy variadas pero me gustaría presentar algunas a partir de mi propia experiencia.
- Actuemos como facilitadores y orientadores
Una vez expuesto nuestro gran marco de trabajo y nuestros objetivos, asignarles una tarea previamente definida, nunca improvisada. De ser posible, ajustada a sus intereses generales y a sus inquietudes personales, dándoles el espacio y los suficientes grados de libertad para que se desenvuelvan en lo que se les ha encomendado o en lo que ellos mismos nos han planteado hacer.
- Enseñemos y compartamos nuestra experiencia
Hay un proceso de aprendizaje que tiene implícito un tiempo que será mayor o menor en función a capacidades propias o a habilidades adquiridas. Tenemos que ser conscientes de ello. Ellos irán cogiendo su propio ritmo. Les debemos paciencia y comprensión mientras avanzan en su formación. Dediquémoles algo de nuestra atención. No los dejemos solos en esta fase. Sabrán valorar nuestra retroalimentación.
- Debemos ser motivadores y propiciadores de cambio
Permitirles diagnosticar, sugerir mejoras naturalmente con los debidos sustentos, presentar ideas, lanzar iniciativas. Incorporarlos en los equipos de formulación de nuevos proyectos, invitarlos a participar en algunas de las discusiones que desembocan en la toma de decisiones. Nos vendrá bien escuchar nuevos enfoques, planteamientos y caminos a seguir.
- Integremos y afiancemos equipos y proyectos
Animarlos a interactuar y buscar sinergias con otros grupos de trabajo de la asociación. Forman parte de una generación educada en el trabajo en equipo y en relacionarse multidisciplinarmente con relativa facilidad. Hoy en día, son competencias valiosas.
- Propiciemos el que asuman nuevos retos
Al tratarse de un grupo con una buena formación, es posible que podamos encargarles en un determinado momento la formulación y gestión de nuevos proyectos, la coordinación de algún área, o la estructuración e impartición de algún curso o taller. Es bueno y los estimulará el cambio y el tener que afrontar nuevas responsabilidades. No debemos dejar de pensar también en la necesidad, como asociación, de atender con oportunidad y con cuadros debidamente preparados, el relevo generacional.
- Acostumbrémonos al uso de refuerzos positivos
Finalmente, recompensarlos por su dedicación, por su compromiso, por el trabajo y los logros por grandes o pequeños que éstos sean. Una palabra, un gesto, una nota. No cuesta nada, significa mucho y se valora.
Como podemos observar, asumimos un gran desafío y compromiso en la formación de un grupo de voluntarios jóvenes. Sin embargo, hay que mirarlo como una interesante oportunidad. Somos realmente afortunados. Este nuevo escenario que se nos abre puede contribuir y hacer posible que nos renovemos, que crezcamos como organización y que nuestro proyecto sea sostenible en el tiempo. Estamos en un momento ideal para explotar al máximo el beneficio que ofrecen las relaciones intergeneracionales, aunque seguramente muchos no lo vean así.
Gustavo Fernández
Secretario Buscant Alternatives – Lloc de Vida
19 de septiembre de 2017