Coincidiendo con la celebración del 11º Aniversario del Proyecto LLoc de Vida-Buscant Alternatives, quiero compartir con vosotros una reflexión, acerca de la realidad social que nos encontramos en nuestro entorno cotidiano de Benimámet-Burjassot.
Hay personas que nos sentimos privilegiadas, pues disponemos de un entorno favorable como es el poder disfrutar de nuestras familias, de un empleo remunerado que nos permite la realización personal y vivir dignamente, poder acceder a la sanidad con toda su cobertura, tener un grupo de amig@s con los que compartir ilusiones, vivencias, experiencias y tantas cosas más….
Pero muy cerca de todo esto, a veces, en el mismo edificio dónde vivimos, nos encontramos otra realidad muy distinta: la de aquellas personas con situaciones de gran sufrimiento, pobreza y exclusión, por temas de desempleo, con situaciones de precariedad socioeconómica, con un ambiente familiar cargado de tensión, con gran dificultad para poder cubrir las necesidades de alimentación, higiene y suministros de la vivienda, dificultades para acceder a la sanidad, etc…
Para dar respuesta a esta situación tan sangrante, uno escucha muchas opiniones, juicios de valores, propuestas, sugerencias y recomendaciones de todo tipo, algunas más sólidas y otras para escapar a correr…, pero voy a diferenciar dos grandes grupos, “los del deberían y los de los hechos”
En el grupo de “los del deberían” me refiero a esas personas que ante las situaciones anteriormente descritas, y, no exentos de razón, ven que hay que ayudar urgentemente, y dicen, estas personas con problemas, lo que deberían hacer es ir a entidades sociales como Cáritas, Cruz Roja, Médicos del Mundo, los Servicios Sociales Municipales, las Empresas de Trabajo Temporal, etc.
Pero afortunadamente, está el grupo “de los hechos”, del que forman parte “Tod@s los Voluntari@s del Lloc”, hombres y mujeres, héroes anónimos, que saben que quién tiene que dar la respuesta estructural a toda la situación de pobreza y exclusión, son las diferentes entidades públicas y privadas. Pero eso, no les permite, que se queden pasivos e indiferentes, sino que desde lo mejor de su ser, y con una alegría renovada, surge un sentimiento de solidaridad, de compromiso, de entrega, en resumen de, “Amor al prójimo”. Y saben que las acciones cotidianas que ofrecen cada día, su tiempo, sus conocimientos, su experiencia, para estar atentos al dolor humano, escuchar activamente las necesidades del otro y acompañarles en procesos de formación, de búsqueda de empleo, hacen mucho bien a las personas que acompañan; y, a ellos mismos, pues todos los voluntarios coinciden, en que reciben mucho más de lo que dan.
Por lo que os felicito y os ánimo, a seguir durante muchos años más, con la gran labor que estáis realizando y deciros que sin vuestro apoyo incondicional nada de esto sería posible.
¡Enhorabuena