Hoy en día buscar trabajo es una tarea difícil y puede tomarnos mucho tiempo el conseguir recolocarnos, si es que ya hemos tenido alguna experiencia previa, o colocarnos por primera vez, si es que recién iniciamos nuestro recorrido en el mercado laboral.
Si bien es cierto que nuestras competencias y el poder acreditar experiencia, tienen un peso importante al momento de presentarnos a una oferta de trabajo, no debemos de descuidar o pasar por alto nuestras actitudes y la forma como damos respuesta a determinadas situaciones propias de los oficios en los que nos desempeñamos.
A manera de guía comparto con Uds. un pequeño listado de “deberes” que sería bueno interiorizar porque terminan marcando una diferencia cuando ocupamos un puesto de trabajo cualquiera sea su naturaleza:
- ser proactivos y no reactivos
- mostrar iniciativa
- ser veraces
- asumir, cuando corresponda, la responsabilidad por nuestras acciones
- trabajar en ser no sólo eficaces sino eficientes
- mantener una buena disposición a aprender
- saber escuchar las recomendaciones y los consejos que se nos den
- ser empáticos
- ser tolerantes
- comunicar, oportunamente, cualquier hecho que esté relacionado con el cumplimiento de nuestro trabajo y que pueda tener un efecto en el medio en el que laboro
- contribuir desde lo que nos toca, al orden y la organización del lugar en el que trabajo
- comprometernos
La lista naturalmente es más larga y seguramente podríamos continuar engrosándola.
Si le dedican unos minutos a revisar a conciencia cada uno de los puntos presentados y descubren que a alguno de ellos nunca le concedieron importancia, tomen nota y hagan un esfuerzo real por incorporarlo como un componente de nuestros deberes NO escritos. Ya verán cómo, sin darse cuenta, mejoran la calidad de nuestro trabajo y generan unas condiciones muy positivas en el espacio donde nos toca desempeñar nuestras tareas.
Gustavo Fernández / Burjassot – marzo 2017